En nuestro primer episodio, Hillary Hiner nos habla acerca de la crisis de reproducción social y los cuidados en épocas de pandemia.

Conversamos, además, sobre cómo las diferentes desigualdades de género se han visto (in)visibilizadas producto de la actual crisis sanitaria.

 

Escucha el capítulo a continuación:

 

 


También puedes leer transcripción del episodio acá abajo

 

 

Se ha.. de alguna forma yo creo que se ha como desenmascarado un poco esto de los que a veces se llamaba como este “balance”, ¿no?,  así como de trabajos – cuidados, lo cual en realidad yo creo que para la mayoría de nosotras como mujeres trabajadoras en general, la única forma de alcanzar ese balance era a través de cuidados pagados. O sea, dependíamos mucho del jardín, de la sala cuna, del colegio, y ahora que se cerraron esas vías de cuidados pagados, la verdad que yo encuentro que estamos prácticamente todas en una situación muy muy compleja respecto a los cuidados en casa… y ahí aparece mi hija, justamente….

 

Soy Hillary Hiner, historiadora feminista, soy académica, profesora asistente en la Escuela de Historia de la Universidad Diego Portales, y mis líneas de investigación muy generalmente se podría decir que se concentran en todo lo que tiene que ver con feminismos, géneros, sexualidades, historiografía feminista, historiografía de género, movimiento feminista, movimiento LGBTQ. Y también he trabajado todo el tema de violencia, y todo ese cruce, porque me identifico como feminista interseccional, antirracista.

 

Dentro de las casas, por ejemplo, todavía las mujeres hacemos mucho más trabajo que los hombres. O sea, las mujeres que están en pareja generalmente igual  hacen… no sé po’, dos, tres horas extras de trabajos de cuidados diariamente, yo creo que todo eso de alguna forma como que está llegando a su límite. O sea, yo creo que hay muchas mujeres que se sienten como agobiabas, que se sienten colapsadas con esta situación de tener que hacer teletrabajo desde la casa, y además también hacer los cuidados.

 

Una cuestión que se tiende a asumir es que en primera instancia, que todas las mujeres tengan o vivan, digamos, como en un constructo de familia heteronormada, familia nuclear, que hay como papá y mamá en casa, y como dos hijos o hijas, lo cual en realidad no existe para la mayoría de las mamás, y de hecho como que en general en Chile tenemos una cantidad pero abrumante de mujeres jefas de hogar. Entonces eso en realidad también es una situación que no sé si se ha estado reconociendo como en su totalidad. Y aparte también como respecto de eso, lo que decía antes sobre el lenguaje más heteronormado, o sea también siento que no se reconoce esto de que efectivamente también hay distintas homo y lesboparentalidades, que de alguna forma mucho del lenguaje respecto de los cuidados de alguna forma como que no se reconoce. Y finalmente, yo creo que también hay otros cuidados que de alguna forma tal vez como que también son más ocultos. Yo pienso en la cantidad de amigas que tengo que están cuidando a sus padres, o sea yo creo que ahí también no es solamente el tema de niños o niñas, pero también el tema de tercera edad, donde efectivamente también en particular por esto del COVID-19, que afecta aún más a esa población, o sea donde hay más riesgo, hay más preocupación, y también, bueno, ahí hay varias amigas que ya tenían mamás o papás con problemas de salud, ponte tú entre Alzheimers, derrame cerebral, varias cosas, donde estaban en casa y ya de por sí con cuidados, y donde ahora tampoco han tenido esos cuidados pagados que como que ayudaban un poco con eso, donde es muy difícil de encontrar ese tipo de ayuda, y donde ellas han tenido que asumir entonces los cuidados en gran medida. Entonces yo creo que ahí también como pensar en un poco como este abanico de cuidados, incluyendo ahí todo esto de que efectivamente en general estamos hablando de trabajos altamente femeneizados, o sea no tienden a ser actores como de mayor participación masculina, y donde de alguna forma yo creo que lo que está fallando, pero fallando, es el Estado. O sea, aquí en Chile tenemos un problema muy grave de políticas públicas, y hasta cierto punto también incluso en un sector como más privado. O sea dentro de muchas empresas, o qué se yo, tampoco creo que hay como un pleno reconocimiento de lo que está ocurriendo.

 

Yo creo que, claro, es lógico que evidentemente, si estás más encerrada en casa, y ya existía algún tipo de violencia, bueno, evidentemente eso se va a agudizar con esta situación, yo creo que eso es como bien evidente. Ahora, creo que el problema en el fondo respecto de esto… bueno, hay varios problemas respecto de cómo respondemos a esto. Y  yo creo que Chile también presenta  algunas dificultades tal vez aún mayores, porque aquí en Chile estamos saliendo… o sea estamos como entre medio de dos crisis, o sea dos crisis como bien agudas. O sea, una crisis política que tiene que ver con el estallido social, y hay esta crisis que es como por pandemia, que es una crisis más bien sanitaria o de salud, y yo creo que esas dos cosas como se combinan en este caso en particular para fomentar, o dificultar aún más esta situación, porque si pensamos por ejemplo en el ministerio de la mujer y la equidad de género, efectivamente ya desde el estallido tenía como una crisis de legitimidad, o sea, teníamos la figura de una ministra que no ha estado respondiendo frente a estas denuncias de violencia política sexual, que no se pronunciaba, que no aparecía, que no…que básicamente no quería participar, y al final de cuentas ella renunció, asumió otra ministra, pero que ha tenido muy bajo perfil, y dentro de eso por ejemplo respecto a la violencia no fue sino hasta hace muy poco, tal vez dentro de los últimos diez días que el mismo ministerio ha sacado algún tipo de información como estilo flyer o en su página web sobre cómo responder frente a la violencia. Y yo creo que eso tiene que ver con un problema institucional, o sea, como decía antes hay un cierto nivel de desorganización y también por otro lado en este momento, o sea todo lo que ocurría ahí con el estallido, también, o sea si nunca digamos muchas organizaciones feministas han estado muy cercanas al ministerio, ex SERNAM, siempre han habido tensiones ahí, pero con esto del estallido, gobierno de derecha y todo, yo creo que esa brecha se volvió como ya… una cuestión muy grande y también como aún más política, donde muchas organizaciones no querían asociarse con el ministerio. Y yo creo que por lo mismo, entonces, a la hora de pensar en hacer un trabajo más en red, o sea, el tipo de trabajo que se necesita para trabajar este tipo de casos de violencia íntima de pareja, se vuelve muy difícil porque los canales de comunicación y la posibilidad de trabajar en conunto de por sí ya es un campo minado, entonces yo creo que es una situación bien compleja. Lo que yo sí he visto, es que estos grupos o estas iniciativas de tratar de proveer tal vez como más servicios propios. Como que he visto esto de, por ejemplo, decir que tienen psicólogas o abogadas, o esto de dar números de teléfono, o sugerir ocupar ciertas apps, así como en el teléfono, para trabajar esto de violencia, para trabajar en red entre organizaciones feministas, lo cual de alguna forma  es volver también o retomar mucho más estos modelos feministas anteriores, de lo que yo hablé en mi libro, y sobre lo cual he publicado, porque son redes más de servicios directos.

 

 

De alguna forma, es común entrevistar de repente a académicos hombres como para hablar de neoliberalismo, poder popular, o como esto de como proyectos más revolucionarios, pero también hay muchas historiadoras feministas que tenemos publicaciones también sobre lo mismo, pero también pensando desde estas miradas más desde género y sexualidades, lo cual siempre yo creo que le da como ciertos matices que también son bien importantes de traer a colación. Yo pienso al tiro por ejemplo en un trabajo de la María Angélica Illanes, sobre biopolítica, y ella ha trabajado eso también a través de mujeres tanto en el sector de salud, como también mujeres como trabajadoras sociales, lo que anteriormente se llamaban visitadoras, y principalmente como en la primera mitad del siglo XX. Y yo creo que lo que esos trabajos aportan también es recordarnos la importancia de esto de las políticas públicas estatales, en momentos de crisis económica, como en ese contexto, y cómo dentro de esos sistemas de atención estatal, en general la cara de la atención era femenina. O sea yo creo que eso también es bien interesante, y cómo esa atención femenina por ejemplo, también tenía que ver no solamente con lo estatal, pero en general también con ciertas presiones, o con activismo por parte del movimiento feminista. Entonces yo creo que de alguna forma, ya que sabemos que parte de esta corona-crisis no es solamente el elemento sanitario, sino que también va a haber un fuerte elemento económico, yo creo que ahí también va a haber ciertas ideas de cómo en estos momentos de crisis económica, qué es lo que se plantea respecto a género, mujeres… y ahora hoy en día, pensando también en disidencia sexual  por ejemplo, qué es lo que pasa respecto a cómo estamos pensando políticas públicas, Estado, cómo estamos pensando el rol de los movimientos sociales, cómo estamos pensando por ejemplo esto del activismo, donde hoy en día yo creo que el movimiento feminista está muy muy fuerte, tal vez lo más fuerte que ha estado, y eso también de alguna forma nos entrega una cierta visibilidad y un cierto peso a la hora de llegar a la mesa y conversar respecto a lo que está ocurriendo. Pienso por ejemplo en el trabajo de una compañera como la Karen Alfaro, que ha trabajado mucho este tema de adopciones irregulares por ejemplo, y niños y niñas robados y robadas en el sur durante la dictadura, lo cual de alguna forma yo creo que nos demuestra con mucha crudeza la extrema pobreza que pasaba por el neoliberalismo en la dictadura en el sur durante los años 80 y cómo esa pobreza también era racializada, porque muchas de esas mamás eran mapuche, eran analfabetas, y  como que de alguna forma esto de las adopciones, que también se hacían con la ayuda de la iglesia católica, evidentemente correspondían a cómo estos nexos entre poder, Estado, pobreza, neoliberalismo, racismo  iban como interconectándose. Entonces yo creo que eso también es como eso de tratar de ocupar esto que hemos estado estudiando con respecto al pasado, a veces el pasado bien reciente, porque también mucho de lo que estamos hablando hoy en día respecto a la nueva constitución, respecto a pensiones, respecto a salud, todo esto tiene mucho que ver con la dictadura, y por ende también como echar un vistazo un poco a lo que hemos estado trabajando en esas líneas, porque yo creo que tenemos harto que aportar.

 

Solamente recordar también, y volviendo a lo que decía respecto de los cuidados pagados, que hace poco, no sé hace como una semana, por ahí, cuando se estaba hablando justamente de cómo se define trabajo, y por ende quiénes deberían tener acceso a este seguro de cesantía, un grupo ahí explícitamente excluido fue el grupo de las mujeres trabajadoras de casa particular. Y yo creo que ahí también hay todo un tema que también de alguna forma en muchos casos no se dimensiona, históricamente ha estado muy presente, o sea hay bastantes trabajos ahí bien interesantes, respecto a cómo las mujeres populares en Chile, en particular las campesinas mujeres del sur muchas mujeres mapuche, migraron a la cuidad a hacer estos trabajos, como actualmente muchos de estos trabajos también tienen un elemento de inmigración internacional, de mujeres en particular peruanas y bolivianas que vienen y terminan trabajando también en este rubro, y yo creo que ahí lo que dijo la ministra, que era esto de que estas mujeres querían seguir siendo cargas de sus maridos y por eso no querían acceder a estos beneficios, es un argumento así francamente insultante para estas mujeres. Yo creo que las mujeres por ejemplo de CENTRACAP y también de la deferación CENTRACAP, de hecho emitieron un comunicado respecto de eso, diciendo que jamás han sido carga de nadie, o sea que en general son mujeres jefas de hogar, que tienen que sacar adelante a sus familias, y que por ende lo que planteaba esta ministra no tenía nada que ver con su realidad, yo creo que ese tipo de argumentos igual es como bien impactante, porque es un argumento también que es muy digamos, o suena como mucho a estos argumentos más bien de principios del siglo XX respecto a por qué las mujeres su trabajo es solamente suplementario, por qué las mujeres en realidad no quieren trabajar, o no deben trabajar porque en realidad son cargas del hombre que es el proveedor principal de la familia, por ende deberían pagar menos, o las mujeres deberían tener menos beneficios por ser mujeres y trabajar en rubros que son femenizados, y yo creo que solamente eso, como para ir destacando la forma en que todavía el Estado ve el trabajo es una forma muy masculinizada, y donde es muy llamativo que justamente la persona que dice tal cosa es una ministra mujer, o sea esto también de que todas las mujeres van a tener de por sí más conciencia de género, y sabemos que no es así, porque la ideología ahí también importa. Entonces una mujer de derecha, una mujer que principalmente pertenece a la clase patronal no tiene esa conciencia respecto a las mujeres populares, y lo que han pasado las mujeres trabajadoras de casa particular. Y de hecho, en vez de poder de alguna forma reconocer las dificultades en mujeres o tratar de ayudarles con algún tipo de políticas públicas, de por sí recae de inmediato por sobre ciertos estereotipos de género que son históricos. Entonces yo creo que ahí también tratar de destacar eso, porque yo creo que también es como bien notorio dentro de esto de cómo pensamos el día del trabajo y del trabajador, y cuáles con los trabajos que efectivamente se reconocen y cuáles no.

 

Bueno, para ir cerrando, también reconocer que hoy es el primero de mayo, es el día internacional del trabajador y la trabajadora, creo que eso también es como bien interesante, porque históricamente el trabajo de los cuidados se queda fuera, siempre se ve como un trabajo no pagado, un trabajo no remunerado, como que eso no es trabajo, y claramente lo es.